viernes, 9 de mayo de 2008

8 MARZO HOMENAJE A MUJERES COOERATIVISTAS





Hoy volvemos ha reivindicar, otro día de la mujer trabajadora, a lo largo de los años hemos homenajeado a muchas mujeres, por su valentía ante la vida por su capacidad de vencer la adversidad, por su actitud positiva ante los problemas.
Hoy queremos dar un paso más, nos hemos puesto un gran reto, nuestro homenaje no es para una mujer, es para todas y cada una de las mujeres que fundaron, trabajaron y trabajan en la cooperativa de corte y confección, como veréis 2 generaciones de mujeres de Cuevas de san Marcos. Queremos dar nuestra gratitud y admiración a todas ellas, nuestro reto es que en esta tarde todas y cada una de las mujeres que trabajaron y trabajan en la cooperativa de corte y confección, se sientan admiradas y queridas.
Han sido más de 1000 personas, las que han hecho posible que funcionase la cooperativa.
Como en una gran historia hay que comenzar por el principio, esos primeros tiempos, no fueron fáciles, situémonos en los principios de los años 70, nuestro pueblo, como nuestro país, vivían es una difícil situación social, destacar la figura de Dº Miguel León que volvió a dar muestras de sus inquietudes y su gran labor social, que hizo en el pueblo con la cooperativa del aceite.
Quiso ampliar un nuevo proyecto, en 1969 inicio una serie de reuniones con las muchachas del pueblo, viendo que sus perspectivas de trabajo y educación eran escasas, quería comprometer a la juventud haciendo un taller para ellas.
En esos momentos, hizo más una labor de educador, donde empezó a sembrar las inquietudes de ese primer grupo, la respuesta fue unánime, se siguió con más reuniones donde se les pedía el compromiso, sin el cual ninguna cooperativa podía salir adelante.
Un grupo de mujeres decidieron hacer un sueño realidad, un gran sueño que era darles una oportunidad de trabajo a las mujeres, y no solo eso, sino mucho más, poder hacer una labor social y educativa, los tiempos cambiaban la mujer tenia que ocupar su puesto en esta nueva sociedad que se estaba fraguando.
¡Cuántas ilusiones! ¡Cuantas expectativas! En este momento se produce un cambio: se va Dº Miguel León y viene Dº Sebastián Díaz, quien recoge el testigo de su antecesor y sigue moviendo la creación de la cooperativa.
Valientes y decididas comenzaron su ilusión el primer grupo de mujeres junto con Dº Sebastián. Empiezan a trabajar con la empresa Punto Industrial, que les da su primer trabajo hacer combinaciones y camisones; ellos ponían la maquinaria y el material, los salones fueron cedidos por la cooperativa olivarera. Sin su importantísima ayuda no podrían haber empezado.
Los primeros tiempos fueron duros, había que hacerlo todo, desde pintar ellas mismas los salones, hasta tener que hacer los cursos de PPO, pero esos salones se quedaron pequeños se necesitaba más espacio, y se estudiaron distintas salidas para el problema.
Fue cuando otra mujer, como no podía ser menos en una historia de mujeres, Dolores Moscoso quien donó desinteresadamente a todas las socias de la cooperativa el terreno donde hoy todavía esta situada, no seria justo que en este acto de hoy no se la recordara y le diéramos, las gracias una y mil veces más por su apoyo. Tampoco podemos olvidar a las personas que tanto ayudaron para la redacción de los estatutos.
Solucionado el problema de espacio apareció otro. Cómo financiar la construcción de la cooperativa. Se pidió ayuda al Obispado, quien la concedió. En estos tiempos las mujeres tenían que dejar parte de su sueldo, hacer viajes con su propio dinero;… Hubo momentos difíciles cuando la empresa Punto Industrial, dejó de hacer sus pedidos, momentos de altibajos, hasta que llegaron los gorros sanitarios.
La Cooperativa como una madre que quiere el bienestar de toda su familia, proporciono dinero y su respaldo para la cooperativa del mazapán para que los jóvenes tuvieran su oportunidad. Se compró un terreno para hacer sillas y una carpintería metálica, para los hombres que al terminar la obra del pantano tuvieran más posibilidad de trabajo y no hubiera que emigrar.
Este último proyecto no se llevo a cabo, y más tarde cuando la cooperativa del mazapán cerró, los hombres pasaron a la cooperativa de corte y confección.
Me imagino que ya en vuestras mentes habrá, muchos recuerdos, muchas escenas que se hicieron familiares, en vuestras casas, los primeros visos, ¡el doblar gorros! ¡Cuanto camino hasta llegar a las camisas de hoy en día! pedidas por internet.
El reto es comprimir, este logro en una sola imagen, y que todas las demás estén presentes. Para ello, hemos elegido unas fotos, en la que aparece el primer grupo de mujeres, insisto, una pincelada en un gran cuadro que las mujeres de este pueblo supieron pintar colores de esperanza ante un futuro incierto, dibujaron sonrisas donde había necesidad, un cuadro en la que había sitio para todos, en el que el espíritu del cooperativismo lo impregnaba todo, pero esta labor no ha sido de unas pocas, ha sido de 2 generaciones de mujeres de Cuevas de san Marcos.
Y como he dicho antes una gran historia, protagonizada por mujeres y para todos puesto que en los proyectos de mujeres, nunca olvidamos a los que están alrededor.
Como demuestra la primera rectora formada integrante por mujeres:
Presidenta, Conchi Benítez Benítez
Tesorera Manola Ruano Blanco
Secretaria Araceli Ariza Moyano
Vocal Pilar Hinojosa Raya
Vocal Emilia Raya Gómez
Como habéis visto todas mujeres, sin embrago sería la sociedad patriarcal la que se impondría, haciendo que en un proyecto de mujeres, ellas fueran dejando por distintas circunstancias los puestos directivos. Al final los puestos de responsabilidad son mayoritariamente de hombres mientras que las mujeres fueron las que ocuparon los puestos de producción.
¿Cuándo perdimos los pinceles? ¿Cuando se olvidó la labor social? Tendríamos que recordar la frase de Dº Miguel León cuando firmó para ayudar a la cooperativa “Os doy mi firma, en contra mi voluntad, por que las cooperativas serán capitalistas”
Permitidme que hoy nos apropiemos de este espíritu de superación y que sea ejemplo para nosotras hoy; que aquel proyecto vuelva a tener vigencia; que ese ideal de cooperativa se haga posible; que aquella idea de trabajo y preparación para la mujer no se pierda; que seamos conscientes; que las nuevas generaciones las tomen como ejemplo para seguir pintando nuestro futuro con los colores de la esperanza, la justicia y la igualdad, y no cedamos los pinceles, por que nuestro futuro lo dibujaremos nosotras.
Gracias a todas/ todos y muy especialmente a ellas a las mujeres que estuvieron y están en la cooperativa.

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